martes, 22 de febrero de 2011

La inmoralidad de TVE con los derechos de la Liga de Campeones

En la sesión de control a RTVE en el Congreso de hoy 22 de febrero, el presidente del ente público Alberto Oliart, ha confirmado, o más bien confesado, que TVE pagará la nada despreciable cantidad de 35 millones de euros por cada temporada de la UEFA Champions League hasta 2015.

Estos es una inmoralidad por dos motivos principalmente:

En primer lugar por el modelo de financiación de TVE, que como todos sabéis a comienzos de este 2011 ha dejado de emitir y, por tanto, de ingresar dinero por anuncios publicitarios de manera que se financia con el 3% de los ingresos brutos anuales de las televisiones privadas (con los que compite por emitir los partidos de Champions) y con el 0,9% de los ingresos de las telecos. Es decir, que está usando el dinero que les obliga a pagar a las televisiones privadas para quitarles el partido en abierto de la Champions.
Además, TVE tiene un limite presupuestarios de 1200 millones de euros al año y, como ente público que es, seguro que esos 35 kilos se los podría gastar en algo más útil para la sociedad o en reducirlos de su presupuesto y que así el Gobierno los pueda invertir en un hospital nuevo, o más plazas de empleo público para profesores, médicos, policías y un infinito etcétera o en definitiva en cosas que hacen falta en este país tal maltrecho y hundido.

El segundo motivo viene en esta línea: no es razonable que el Gobierno nos diga que necesita subir el IRPF, el IVA y otra infinidad de impuestos y tarifas como la luz, porque necesita dinero para pagar prestaciones sociales y servicios públicos, y luego por otro se gasten 35 millones para pagar los partidos de Champions. Es inconcebible.

Yo soy un futbolmaniaco pero, ¿Para esto nos han subido el IVA? 

jueves, 17 de febrero de 2011

La final de la Copa del Rey y el respeto al Himno de España

Este fin de semana hemos vuelto a tener gran evento deportivo en España: la Copa del Rey de Baloncesto. Uno de esos eventos deportivos que gustan a todos seamos o no aficionados al baloncesto.
Pero lo que yo quiero analizar es la parte no deportiva: otra vez unos cuantos mequetrefes han pitado el himno de nuestro país y al Rey.
Primero de todo, creo que pitar un himno sea del país que sea es una tremenda falta de educación, y en este país se suele confundir frecuentemente libertad de expresión y educación. 
La Copa del Rey de España es un evento en el que la participación es libre, al que no le guste alguna de las dos cosas (el Rey y/o España) lo tiene fácil: que no participe. 
Yo al menos, estoy cansado de que se pite continuamente el himno, se quemen banderas o se insulte al Rey: te puede gustar o no, pero hay que tener respeto, educación y saber estar. Los equipos cuyas aficiones pitan de forma reitereda el himno deben ser sancionados y, por reiteración, expulsados de la competición, y así seguro que acabamos con estas tonterías.

No es una cuestión de sentirse español, ni de ser monárquico, ni de sentir cosquilleo al oir tu himno; es una cuestión de educación.

El primer paso

Empecemos por el principio: me llamo Alfonso González Martínez y soy un granaíno de pro que se vino a Madrid a ver qué se cocía por la capital del Reino, y me quedé encerrado. Algún día conseguiré huir de aquí. Llevo desde el año 2003 trabajando en marketing online, comercio electrónico y redes sociales.
Y la pregunta obligada: ¿por qué un blog? Pues porque me vuelve a apetecer pero esta vez tomándomelo en serio con la experiencia que dan los años que van pasando y porque de tanto leer uno acaba por querer escribir. Como dijo Óscar Wilde “no existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.  Hablaré de todas las cosas que me gustan fútbol, economía, cacharritos, fotografía y todo lo que se me ocurra, esperando por supuesto leer comentarios y opiniones de todos los que queráis pasaros por aquí.
Y como nunca esta de más por último decir que todas las opiniones vertidas aquí son única y exclusivamente mías sin tener nada que ver las empresas en las que he trabajado, trabajo y trabajaré.

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