miércoles, 9 de marzo de 2011

Sobre el modelo energético español

La ya famosa medida de reducir la velocidad máxima en autovía a 110 km/h, las medidas de ahorro energético emprendidas por el Gobierno (como por ejemplo reducir horas de alumbrado y de consumo de edificios públicos) y la espectacular subida de la luz que hemos sufrido en 2011, no solo han levantado polémica y revuelo si no que están llevando a un debate interesante sobre el modelo energético español y las medidas a tomar para reducir esta nefasta dependencia energética del petróleo y del gas.

¿Dependemos tanto del petróleo? ¿Qué medidas se están tomado para evitarlo? ¿Por qué necesitamos petróleo y carbón para producir electricidad? ¿Son las centrales nucleares la solución a nuestras necesidades de energía?

Para empezar, me gustaría citar este magnífico artículo de elmundo.es sobre el mito de que "España compra energía a Francia porque nuestras centrales nucleares no producen suficiente". No solo es falso (el saldo neto es positivo en cuanto a compra venta) si no que es una afirmación absurda puesto que la energía no se puede almacenar. Lo que existen son acuerdos de intercambio de energía con los países que nos rodean para “aliviar” tensiones a nuestro sistema eléctrico ya que tan malo es producir energía de menos como lo es hacerlo de más: saturación, caída y apagón.

Lo que sí es verdad, es que las energías renovables no son la panacea puesto que no tienen una producción regular: si hay mucho viento se produce mucha energía pero, evidentemente, no se puede almacenar para cuando no haya viento, e igual sucede con la energía solar. Por ello, siempre hará falta una producción de energía “controlada” para cuando las naturales no sean suficientes.

Un dato que me ha sorprendido gratamente curioseando en la web de Red Eléctrica de España (tiene hasta datos reales de consumo y producción, ¡impresionante!) es que el 30% de la energía producida en España viene de energías “limpias” (4% solar, 14,1% eólica y 11.9% hidraúlica). Pero más sorprendente es saber que la suma de la producción solar y eólica iguala a la producción de energía nuclear y duplica a la producida con carbón.

Y ahora más de uno se preguntará, ¿pero en España se usa carbón para producir electricidad? ¡pero si eso suena a las clases de historia del cole sobre la Revolución Industrial! Pues sí, resulta que para proteger las minas de carbón del Norte de España (no son rentables y de otra manera cerrarían) el Gobierno obliga a las eléctricas a tener que producir un porcentaje de energía con carbón y comprar éste a un precio intervenido.

Recapitulando y simplificando mucho de dónde viene la electricidad que consumimos tenemos que nuestra producción se compone de: 4% solar, 14,1% eólica, 11,9% hidraúlica, 18,1% nuclear, 9% carbón y el resto, un 42,9%, viene de gas y petróleo ¡nada más y nada menos que un 42%!, esto desde luego es un problema. 

Hay muchas teorias sobre como se puede solucionar esta dependencia y todas pasan por ser autosuficientes en cuando a producción de energía, y como petróleo y gas en España no tenemos, pues hay que mirar al resto de opciones.

En cuanto a  producción, las energías renovables o limpias han crecido y lo seguirán haciendo en el peso total de la energía producida pero su variabilidad las hacen algo imprevisibles como para depender al 100% de ellas. La alternativa de la energía nuclear es un tema complicado y muy debatido, yo no soy experto y he leído todo tipo de artículos contradictorios entre sí en cuanto a los residuos, la seguridad, las centrales que están siendo construidas en EEUU y una infinidad de teorías. Lo que sí es verdad es que nadie quiere tener una central nuclear cerca pero todos queremos su energía. El sistema nuclear español necesita de una decisión urgente, un gran Pacto de Estado, puesto que entre 2020 y 2030 entrará en la fase final de su ciclo de vida y teniendo en cuenta lo que se tarda en construir una instalación de estas características hay que ponerse manos a la obra ya.

Por la parte de la demanda, y descartando medidas absurdas y derrochadoras como la de gastarse 105 millones de euros en regalar una bombilla de ahorro a cada español (manda huevos), no cabe duda que hay que reducir el consumo y todos podemos poner nuestro granito de arena siendo responsables en el consumo, usando bombillas de ahorro, reduciendo el consumo de electricidad innecesaria de las empresas (apagad el monitor cuando os vayáis de la oficina, por favor. Gracias), de las administraciones públicas, renovar el alumbrado público (no sólo el de Navidad…) por otro de bajo consumo y un largo etcétera.

En conclusión, cada uno de nosotros debe poner su granito de arena consumiendo sin excesos y utilizando aparatos de bajo consumo. A nuestros gobernantes hay que pedirles de nuevo sentido común, y que se pongan las pilas de una vez (y nunca mejor dicho) tomando medidas estructurales y no temporales con parches que no solucionan el problema de raíz.

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